viernes, 26 de noviembre de 2010

Breve recuerdo histórico sobre los antecedentes de la actual sección Neurología - Hospital Interzonal Presidente Perón. Avellaneda.

Desde que se inauguró el hospital, en 1951, éste contó con un servicio de Neurocirugía, y lo primero que me viene a la memoria es el recuerdo de aquellos que en la década del sesenta fueron los que me permitieron ir conociendo lo básico de la Neurología. El primero es Israel Stolarza, excelente semiólogo y docente, que trabajó en el Servicio desde sus comienzos y hasta cerca de 1980: junto a él neurólogos como Carlos Tagliabue, la Dra Clara Calot y la Dra, Perla Salama, esta última estuvo a cargo de electroencefalografía desde los años cincuenta hasta que se jubiló. Junto a ella se formó en ese aspecto de la especialidad otro neurólogo muy querido, Juan Carlos Massa, al que muchos de ustedes conocen y que se jubiló hace muy poco tiempo. Junto a todos ellos y como fondo surge una figura muy importante para todos nosotros, al punto que fue maestro y modelo por sus condiciones éticas, por sus conocimientos, por su capacidad docente y dedicación. Esta es la figura del que fue Jefe del Servicio de Neurocirugía desde 1956 y durante más de 30 años: el Dr. José Benaim. A su lado se formaron varias generaciones de neurocirujanos, algunos de los cuales continúan hoy a cargo del mismo. Desde el comienzo los neurólogos que mencioné al principio fueron colaboradores del Servicio trabajando al lado de los neurocirujanos.
El servicio, en aquella época, era un pequeño Instituto en el que, dentro de sus instalaciones en el primer piso del hospital, tenía la posibilidad de un estudio completo del paciente neurológico (hablando de aquella época, década del 60), ya que contaba con electroencefalografía, electromiografía, un servicio de rayos anexo en el que se efectuaban radiografías simples y contrastadas; como neumoencefalografía y angiografías por punción directa (en esa época todavía no era de rutina el estudio mediante cateterismo). También el quirófano, que es el mismo que en la actualidad, completaba el equipamiento. Luego vino la primera camada de residentes, estos fueron de neurocirugía; recuerdo la imagen de ellos: Estefan y Saez, sentados en el despacho de Benaim, esperando dar la prueba de ingreso, que en aquella ocasión les fue tomada directamente en el Servicio y por el mismo jefe en persona. Hoy, Estefan es un prestigioso neurocirujano en Mendoza, su Provincia, mientras que Saez, oriundo del Chaco, trabaja con igual éxito en Buenos Aires. Esto ocurría aproximadamente en el año 1978 y de allí en adelante se fueron incorporando anualmente nuevas camadas de residentes de Neurocirugía.
En el año 1982 llegan nuevos residentes, pero esta vez, en lugar de dos, se incorporan cinco, 3 de Neurocirugía y 2 para Neurología (uno de estos dos últimos es nuestro Gabriel Volman). Esta fue la etapa en la cual contamos con el mayor número de personal médico y el servicio marchaba como sobre ruedas.Pero no todo dura por siempre, y también sufrimos los efectos de los cambios en la mentalidad dirigente. Así llegó un momento en que se dejó de enviar residentes a nuestro Servicio aduciendo que había demasiados especialistas; de esa manera en cuatro años nos encontramos con la desaparición de esa especie en nuestro habitat.
Pasaron varios años hasta que se consiguió el retorno en la figura de una médica residente de Neurología; la Dra Fiancoski, y de allí en adelante fueron llegando a razón de uno por año, nuevas camadas.
De los residentes que pasaron por el servicio podemos recordar a muchos que ahora se encuentran en plena actividad en distintos lugares: por ejemplo la Dra. Adriana Ojeda, trabajando en Rosario en Neurorradiología, la Dra. Rosana Ceratto, en un equipo de Neurocirugía endovascular (Eneri); el Dr.Roberto González, neurocirujano del Hospital Garrahan; Dr. Marcelo Cerdá, neurocirujano en la ciudad de Dolores; el Dr. Romero trabajando en neurorradiología en FLENI, y así muchos más. Pero así como sucesivas generaciones de médicos residentes se fueron sucediendo, también la especialidad se fue enriqueciendo a la par de los extraordinarios avances tecnológicos de la época que nos tocó vivir y de esta forma vimos la aparición de la Tomografía computada primero, luego los estudios mediante ecografía doppler, la resonancia nuclear magnética, los potenciales evocados auditivos, visuales y somato sensitivos, las técnicas histoquímicas y ultramicroscópicas en los estudios de miopatías, etc.
Paralelamente la Neurología se fue tornando más rica y más compleja en cuanto a las posibilidades de capacitación profesional ya que nos encontramos con subespecialidades como las que se ocupan de Demencias, enfermedades extrapiramidales, epilepsia, miopatías, neurointensivismo, neurorradiología, etc. De tal manera, a diferencia de lo que ocurría en la década del cincuenta en el siglo pasado, cuando un médico podía llegar a tener una visión general de la Neurología con una formación básica de medicina general y a posteriori trabajando en un servicio especializado, actualmente se encuentra con necesidades de formación e información que muchas veces no pueden ser satisfechas en un solo lugar de trabajo.
De todo esto se comprende el motivo por el cual surge la necesidad en las jóvenes generaciones de tener un lugar propio de trabajo dentro del hospital y dedicarse de lleno a las tareas de atención al público y también donde efectuar los exámenes complementarios que son factibles de realizarse en el sector, así como reuniones donde cambiar ideas e información sobre los casos atendidos; todo ello sin que el vínculo con el servicio de Neurocirugía se vea afectado toda vez que sea necesario el intercambio de opiniones, pero dejando para los médicos de planta y residentes de Neurocirugía las tareas rutinarias que pertenecen estrictamente a dicho servicio.

Avellaneda, julio de 2009

Armanini José Mario

M.N.23875-MP21600

miércoles, 11 de agosto de 2010

Características Estructurales de la Unidad

La Unidad de Neurología del Hospital Presidente Perón de Avellaneda consta de cuatro consultorios externos que funcionan en el ala de consultorios externos del Hospital en la planta baja del mismo, una sala de estudios donde se efectúan registros electroencefalográficos y los estudios de potenciales evocados visuales, auditivos y somatosensitivos, estudios electromiográficos que funciona en el primer piso de la estructura física principal del hospital.
Contamos con internación propia en las salas de Clínica Médica que funcionan en el segundo piso del hospital con nuestra responsabilidad exclusiva en el estudio, seguimiento y procedimientos terapéuticos para los pacientes.

Formamos parte del programa PROEPI para pacientes epilépticos dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, el Programa de Miastenia Gravis para el seguimiento y provisión de tratamiento farmacológico para pacientes con Miastenia Gravis. Funcionamos como subsede de la Asociación Argentina de Esclerosis Múltiple (EMA) y por ende recibimos pacientes con sospecha de enfermedad desmielinizante a los cuales completamos los estudios clínicos y paraclínicos e intentamos insertar en un programa terapéutico con el apoyo del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires para pacientes carenciados.
Nuestra Unidad es sede Universitaria de la UBA, como hospital asociado (resolución 931/97) teniendo a cargo tres cursadas anuales de pregrado de neurología siendo responsables de la evaluación final de los alumnos.

Contamos con residencia acreditada por la Facultad de Medicina de la UBA (resolución 2824 del 22 de febrero de 2006) de cuatro años de duración, la cual se compone de cuatro residentes, uno por año. El primer año de residencia se desarrolla en el Servicio de Clínica Médica y los tres años siguientes en nuestra Unidad. Disponemos de un Jefe de Residentes y un Instructor de Residentes.

Para la actividad docente utilizamos dos aulas equipadas con pizarrón, proyector de filminas y dos cañones de proyección. Además tenemos dos computadoras con conexión por Banda Ancha que nos permite acceder a los sistemas de consulta bibliográfica adheridos al sistema de consultas RIMA (red de información médica avanzada).
El equipo de electroencefalografía es un equipo Bioscience computarizado del año 2009 de veinte canales de registro.
Se efectúan ocho registros programados por mañana y se efectúan registros en las unidades de terapia infantil y de adultos.
El equipo de EMG es marca Bionerve de la empresa Bioscience de fabricación nacional con dos canales de registro que también puede utilizarse para la obtención de registros para pacientes internados en unidades críticas.
Se efectúan 80 estudios programados por mes recibiendo pedidos de una amplia zona de influencia.
El equipo de potenciales evocados multimodales es un Bioscience del año 2009 con cuatro canales de registro simultáneos, computarizado. Permite efectuar registros de potenciales evocados visuales con estimulo estructurado (dameros) y tras estimulación flash. También permite efectuar monitoreos intraoperatorios de potenciales de tronco y somatosensitivos en quirófano.
Se efectúan registros multimodales para los pacientes comatosos en las Unidades de Reanimación.
Nuestro hospital consta de Tomógrafo Computado Multislide y un Angiógrafo Digital.
Efectuamos 100 consultas programadas por semana en consultorio externo de Neurología, donde los pacientes se tratan de agrupar por patología: neurología general, epilepsia, movimientos anormales, deterioro cognitivo, nervio periférico, enfermedades desmielinizantes, cefalea.
Contamos con un laboratorio de memoria con la posibilidad de efectuar estudios neurocognitivos diagnósticos.

Efectuamos dos ateneos semanales, uno clínico y otro bibliográfico. Cumplimentamos el programa docente de residencia con tres clases teóricas semanales. Participamos en jornadas y congresos de nuestra especialidad con presentación de trabajos libres con modalidad de póster o de presentación oral en plataforma. Tenemos diferentes publicaciones en revistas nacionales e internacionales con casuística propia de nuestro servicio.

Orientación: ¿Que es la Neurología?



miércoles, 14 de julio de 2010

Carta de un Jefe de Residentes

Residencias médicas: un enfoque comprometido

Finalizado el ciclo universitario, el médico recién graduado se enfrenta a la primer decisión trascendente de su actividad profesional: ¿Comenzará a ejercer su labor sin posibilidad de perfeccionamiento, apremiado por circunstancias económicas?¿Intentará proseguir durante el post-grado con su formación, ingresando al sistema de residencia médica? ¿Podrá compatibilizar ambas situaciones, accediendo a un régimen de concurrencia hospitalaria que le permita capacitarse y conservar la posibilidad de desarrollar actividades que le signifiquen un ingreso económico básico? ¿Habrá frustrado sus intenciones de ingreso a la residencia, debiendo optar como única alternativa por un plan de concurrencia?

Planteados los hechos de esta forma, surge un elemento fundamental que debe ser claramente interpretado: la residencia presenta una composición heterogénea en la cual residentes (como núcleo del sistema) y concurrentes(ingresados a través de diferentes mecanismos) conviven con el objeto de aprender, bajo diferentes niveles de motivación y posibilidades de entrega. Es este un punto clave. La obtención de los objetivos fijados y el método elegido adquieren una estrecha y delicada interrelación. El desafío será, entonces, alcanzar una mayor homogeneidad profesional del grupo, manteniendo un nivel de formación creciente y constante para todos sus integrantes.

Dos ciclos diferentes marcan la progresiva transformación del médico residente durante su carrera.

El comienzo va asociado a un período traumático y de profundos cambios. La comprensión de la magnitud de su ignorancia, la incesante adquisición de conocimientos y la dificultosa adaptación a un medio y ritmo de vida exigentes y plenos de responsabilidades, suelen traducirse en crisis de desorientación y angustia. No deben pasar inadvertidas para el grupo estas situaciones. El recién ingresado requiere orientación y apoyo. Los residentes avanzados se encuentran en una etapa en la cual adquisición y entrega al grupo se equilibran. Cabe a el/os un papel protagónico fundamental. Su participación como estrechos colaboradores del jefe de residentes en la labor docente y organizativa, es insustituible y debe ser permanentemente estimulada. Resulta claro tras lo dicho, que la búsqueda de una identidad definida es tarea de todos los integrantes de la residencia. El jefe de residentes asume en este sentido un compromiso intransferible. Sus raìces se encuentran en la residencia misma y, por tanto, su actitud debe, ser claramente representativade la problemática de sus compañeros. Es su deber convocar la opinión del grupo toda vez que sea necesario fijar posición, y es su responsabilidad transmitir experiencias y equilibrio en las situaciones conflictivas.

Sin duda alguna, el rol que cabe al sistema de residencia en la formación profesional del médico joven es incomparable. El aprendizaje continuo e intensivo, la responsabilidad creciente y la actividad supervisada permiten crear las condiciones más adecuadas para quien se iniciaen la especialidad. Son estos los postulados que deben firmemente ser defendidos durante la actividad cotidiana.

Médico residente, figura quijotesca, luchador incansable. El idealismo en nuestra profesión no ha muerto, la residencia vive ennuestros corazones.